Un niño pequeño, de no más de siete años, regresa de lo que parecía ser un viaje sin retorno al más allá. Su piel aún pálida y sus ojos, profundos y brillantes, parecen contener un misterio más allá de lo comprensible. Rodeado de familiares y médicos sorprendidos, el niño, con voz serena pero cargada de una intensidad que hiela la sangre, susurra un mensaje que no es fácil de olvidar: «El cielo… no es lo que pensamos». Su testimonio, aunque aterrador, no está cargado de maldad, sino de una urgencia que provoca escalofríos y reflexiones profundas sobre lo desconocido. Este encuentro con lo sobrenatural abre una ventana inquietante y fascinante a las preguntas más antiguas de la humanidad: ¿qué nos espera más allá de la vida?
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