El estudio de la formación de un líder, ha fascinado a filósofos, escritores y académicos. Muchos historiadores se han basado, por un lado, en la vida de los grandes ejemplos que tiene la humanidad y, por otro, en cómo se educaron aquellos que, por sucesión, han sido llamados a liderar.
En nuestro tiempo de cibernética, viajes espaciales, genética, globalización de mercados, movilización laboral y profesional, los historiadores han dejado el método de investigar solo a los grandes hombres. Los científicos sociales, han intensificado los estudios para la formación en todos los caminos de la vida.
La Educación Positiva, recomienda a los padres considerar en cada proyecto educativo de sus hijos, la educación para el liderazgo.
A cualquier edad podemos empezar a educar para ser líder. El esfuerzo necesario será menor o mayor, según las características y aptitudes de cada individuo.
Hasta los 5 años no es necesario tener un Proyecto Educativo específico para educar líderes. Será suficiente seguir la metodología de la Educación Temprana y prestar una especial atención al desarrollo correcto de la afectividad. Cuanto más rico sea el desarrollo de capacidades alcanzado en estas edades, menos esfuerzo exigirán las siguientes etapas.
A partir de los 6 años, es recomendable un Proyecto Educativo que tenga en cuenta los objetivos que queremos obtener sobre el liderazgo.
No todos los padres querrán llegar a los mismos objetivos, ni todos los niños son iguales. No existe un Proyecto Educativo común, cada uno deberá elaborarse según las circunstancias de cada persona.
Se exponen a continuación unas pautas generales para la creación de dicho Proyecto Educativo en el área de la afectividad:
Los padres elaboran un proyecto educativo diferente para cada uno de sus hijos; en todos ellos, la afectividad tiene desde niño una gran trascendencia.
La educación en la afectividad tiene una gran importancia en la educación para el liderazgo. No se puede ser un buen líder, si no se sabe ser afectuoso con las demás personas.
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